hermoso... lago...

me deslumbré al ver todo este lago... es... es... fantástico...
Aunque mi cara no pareció inmutarse, ya había visto cosas así, como la luna de sangre, que a mi me parecía sorprendentemente hermosa... aunque a algunos les parecerá tenebrosa y oscura... a veces, incluso sangrienta, pero para eso es la luna de sangre, ¿no?
Miré a mi alrededor, era de noche y la luna bañaba las aguas del lago, era hermoso. Me senté en una roca y observé el cielo, que estaba violácio, bastante hermoso, con estrellas plateadas que pintaban la noche.
Me acurruqué en la roca, mirando el agua del río, que me hipnotizaba nada más verla. Asomé mis ojos dorados y cerré la sombrilla de color negra que siempre llevaba, incluso por la noche.

¡¡Guay!! Un Lago. Una academia perfecta y encima un lago perfecto, ¡¡esto es genial!!
La Luna estaba hermosa, era muy bonito y... tengo sueño, estoy somnoliento. me acerqué al riachuelo y me heché agua en la cara.
Luego me dí cuenta de que no estaba solo, había una chica, de pelo largo y blando y de ojos grandes y expresivos, de color dorado. Iba vestida de negro, observé como dejaba su parasol (¿para que lo va a utilizar?) Y luego observaba el cielo, que hoy tenía un color violeta.
Me acerqué a ella, era tranquila y podía dar un poco de miedo...
-Buenas noches.-le saludé, intentando ser amable.-Soy Nicolás, Nico o Nick para amigos, ¿y usted es?
Si, siempre tengo que ser tan educado...

Giré la cabeza al ver que había un chico de mas o menos mi edad, uno o dos años mayor que yo. De pelo corto y rubio y ojos verdes esmeralda. Se presentó como Nicolás.
-Karina.-Le dije, levantándome del suelo.-No hace falta tantas formalidades.
Mi expresión seguía siendo serena y tranquila.
-Eres nuevo en la academia... ¿me equivoco?.-Al ver la cara del chico sonreí levemente.-No eres el único, yo acabo de llegar.

Caminé hasta el lago, con semblante inexpresivo, y empecé a juguetear con el agua, transformandola en hielo, como siempre hacia.
De repente escuché murmullos y me volví. Había una chica y un chico conversando.
Me encogí de hombros y volví a juguetear con el agua. Paré un momento, y, quitándome las botas, me metí en el agua, con ropa y todo. Nadé hasta un poco más profundo, y allí empecé a hacer cosas con el agua. Cosas que parecían imposibles pero para mí eran posibles. Levanté las dos manos y concentré mucha energía en ellas. Después las cerré en un puño y el agua del centro del lago empezó a bibrar, hasta que subió hacia arriba, y transformandose en hielo, se creó una rosa de hielo bastante grande, que fue iluminada por la luz de la luna.

Nico no me contestó, pero apareció una chica mayor que nosotros, que no nos echó mucha cuenta. Ella, empezó a jugar con el agua, esta empezó a bibrar y se convirtió en una enorme y hermosa rosa de hielo. Mi mirada no mostraba ninguna muestra de sorpresa o de fascinación, pero en el fondo... Eso me parecía increible, será el poder que tienen los mayores, quizás yo pueda hacer lo mismo que ella cuando crezca o cosas similares. Porque su poder es único. Me levanté y me acerqué a ella.
-Hermoso-Dije, simplemente, sin apartar la vista de la rosa.